Carlos Amir González  

Es el voto que el alma pronuncia

SURda

....y que heroicos sabremos cumplir. Así reza parte del himno nacional de los uruguayos. Nuestro himno. Lo cantemos donde lo cantemos, sacude y hace vibrar nuestras más íntimas fibras de identidad nacional, histórica y territorial. Nuestros poros respiran y se hacen de la geografía de nuestro terruño, cuando suenan los primeros acordes del mismo, estemos rodeados de hielo, o viendo alguna selección nacional mediante una pantalla representándonos en algún lejano lugar. Ocurre algo parecido cuando entre muchas banderas que flamean airosas, estemos donde estemos, aparece reluciente un sol amarillo acompañado de franjas blancas y celestes. Es nuestra bandera, es nuestro himno, es nuestro país, nuestra patria, nuestra nación, que ha ganado un lugar destacado – entre otros – pese a su pequeñez territorial y de cantidad de habitantes, pero gracias a las proezas de muchas mujeres y hombres que en diferentes áreas de la actividad humana han ocupado un lugar destacado para aportar al conjunto de la Humanidad valiosas obras. No es soberbia que el alma pronuncia hablar de un trozo de tierra que en el planeta ha parido a Don José Gervasio Artigas y su Ideario verdadero manual proteico de las patrias liberadas. Un Don José Batlle Ordoñez , ideólogo y constructor liberal de las repúblicas independientes con ideas de equidad social desde el Estado Burgués. Creadores de literatura ensayista en lo filosófico como un José Enrique Rodó o un Vaz Ferreira, ejemplos para las Américas . Un Barradas o un Torres García, grandes aportadores al arte pictórico. Una literata y poetisa como Juana de Ibarburu , también llamada Juana de América…y tantos más que a alguien que solo ha podido cubrir estudios secundarios se le pueden escapar…

No quiero que se me escape la frase de aquel caudillo oriental, llamado por sus seguidores “el chiquito Saravia ”, que nos legó en su forma de hablar gauchesco…”bajo este cielo, naides es más que naides ”, en su lucha por la libertad tal cual él la entendía.

Porque en eso de entender e interpretar las cosas, los uruguayos somos complicados. Dice Eduardo Galeano que los uruguayos somos una mezcla de “anarquistas y conservadores”, vivimos luchando por causas liberadoras, pero nos cuesta cambiar. Rara simbiosis la nuestra. Sin embargo dentro de nuestros ritmos, formas, hábitos y costumbres, logramos cambiar, avanzar, ser mejores…

La historia como a tantos pueblos, vivimos dentro de “los generales” de la ley, perdón debí decir dentro de las generales de las leyes humanas, también nos ha jugado malas pasadas.

 

La Redota . La Díáspora uruguaya

 

Cuando nuestro Jefe de los Orientales, Don José G. Artigas un día como hoy 18 de mayo (pero de 1811) derrotó a las tropas del imperio español que depredaban nuestra Banda Oriental, con sus esotéricas tropas compuestas por gauchos criollos, hombres zambos, negros y mulatos, indios y seguidores de toda laya, dispuestos a dar la vida por aquel extraño guerrero que con verbo idealista les hablaba de sus “derechos naturales” de ciudadanos y seres humanos; luego de derrotar a aquel invencible ejército en todas las Américas , lo confinó a los límites de la Fortaleza de Montevideo y allí les mantuvo un sitio de cuatro años. Traiciones van, traiciones vienen, Artigas levanta con sus tropas el sitio y se marcha al campamento de Purificación. Más de 10.000 mujeres, hombres, ancianos, “párvulos inocentes” (relata el historiador) se pliegan a la marcha de su ejército liberador, queman todo lo que no pueden llevar para que no lo pueda usar el enemigo, Artigas no es Moisés que dio la orden de marchar a su pueblo, es su propio pueblo que se dio la orden de seguir a su libertador, si la victoria hubiera sido dentro de las murallas de los tiranos e invasores, la Redota y el gesto emancipador estuvo en manos de aquel primigenio pueblo de los paisanos orientales. Y vaya si por Purificación nació la patria. Escuelas, planificación del hábitat, de los alimentos, Reglamento de Tierras… Otros pueblos que adherían a la Buena Nueva de que se puede construir lo propio fuera de la égida de los imperios, y vendrá el título popular de “Artigas, el Protector de los Pueblos Libres”

 

Lejanos a esta rica historia, vendrán los sombríos años de la década de los 70, la Díáspora . El pachequismo , el fascismo, la inaudita crisis, “en mi país que tristeza la pobreza y el dolor…” nos dirá el querido Alfredo Zitarroza .

Miles de uruguayos se irán a poblar lejanas tierras por diferentes motivaciones, de orden económico, por persecución política, por no encontrar espacios de acuerdo a los méritos alcanzados en sus estudios, profesiones, oficios, artes. El Uruguay siempre tuvo una baja tasa de natalidad, hace décadas que su población ronda los 3 millones de habitantes. De los setenta a mediados de los ochenta, se quedó sin la generación que tenía entre 25 y 50 años, pasó a denominarse la generación fantasma. Una generación que estaba dentro de las cárceles de la dictadura, o fuera de fronteras en el exilio, pero en cualquiera de ambos lugares, seguía escribiendo la historia de los pueblos que luchan sin bajar la cerviz.

 

Departamento 20.

En Uruguay existen 19 departamentos. Con la llegada del Frente Amplio a la gestión de gobierno en el 2004, el gobierno del mismo considerando la situación de los miles de uruguayos exiliados decide conformar el departamento 20, para darles voz, forma y derechos a los mismos “de cara al Uruguay”, a lo cual hay que reconocerle muchos méritos. También hay que anotar críticas a cuestiones que por lo menos están “mal enunciadas” desde los funcionarios que presiden dicho departamento desde el Ministerio de Relaciones Exteriores en Uruguay. Una que me viene a la mente es cierto espíritu de “privilegiar el retorno de ciertas élites de uruguayos, y no enunciar que se abría una etapa de un país incluyente”, otra malhadada frase de Baráibar , cuando enviándonos rifas por valor de U$S 50 y más, para la campaña FA 2003 nos decía, “…los que se fueron se enriquecieron, mientras los que quedamos nos empobrecimos”, me consta que sigo siendo más pobre que Baráibar a 20 años de haberme ido, y también mientras estuve luchando en Uruguay.

 

Pero bueno la redención es como la justicia, tarda pero llega. Una de las cosas más deseadas, para quienes siempre nos hemos organizado para ir a votar al Uruguay, y lo hemos hecho por nuestros propios medios, ha sido el VOTO CONSULAR.

El Frente Amplio, su dirección, son concientes que los votos que llegan del exterior han ayudado ha rubricar su mayoría en las urnas. Por esta razón nos sigue consternando que teniendo mayoría parlamentaria esto no sea una REALIDAD HACE TIEMPO, si los argumentos devienen de algún prurito ético nos parece una aberración porque es un derecho que hace tiempo otros muchos países del mundo confieren a sus ciudadanos fuera de fronteras, sin ponerles color ni filiación política.

Si hacen a la aberrante exposición de algún político que dice que el gobierno lo debe decidir quienes viven dentro de fronteras, bueno que caigan las caretas, como están cayendo con la Ley de Impunidad, cierren las fronteras “a nuestra gente, a vuestra gente”…no hagan caso a esto último, solo obedece a la indignación que nos produce esta rémora, la razón nos indica que seguiremos redoblando esfuerzos cívicos para garantizar que el sol siga saliendo en el paisito que enciende nuestros corazones. ¡ viva el Uruguay ¡ ¡ viva América Latina ¡ ¡ viva la Humanidad ¡

 

Carlos Amir González

Periodista uruguayo – Residente en Asunción - Paraguay